Las lesiones en el ligamento cruzado anterior (ACL) ocurren cuando el ligamento en la rodilla se desgarra o estira más allá de sus ?límites. Este ligamento estabiliza la tibia (hueso de la pierna inferior) evitando que se deslice hacia adelante del fémur (hueso del muslo). Deportes como baloncesto, fútbol y fútbol americano pueden causar lesiones en el ACL debido a paradas repentinas o cambios de dirección.

Síntomas de una lesión en el ACL:

  • Dolor intenso en el centro de la rodilla.
  • Hinchazón de la rodilla.
  • Incapacidad para caminar o estar de pie durante largos períodos.
  • Inestabilidad o debilidad en las rodillas.
  • La lesión va acompañada de un sonido de estallido.

El tratamiento más común para una lesión en el ACL incluye reposo, hielo y fisioterapia para mejorar la estabilidad de la rodilla y fortalecer los músculos circundantes. En algunos casos, puede ser necesario realizar una cirugía para reemplazar o reparar el ligamento dañado. Las lesiones en el ACL pueden tardar varios meses o más en sanar, dependiendo de su gravedad y de cómo respondan al tratamiento. Para asegurar una recuperación segura y completa, es crucial seguir un programa de rehabilitación y trabajar con un proveedor de atención médica o un fisioterapeuta.

Jacki Gemelos, jugadora del equipo de baloncesto de la USC durante seis años, sufrió cinco desgarros de ACL durante ese tiempo. A pesar de amenazar con robarle su identidad competitiva y cualquier esperanza de seguir jugando, Gemelos no se rindió. Después de un ciclo constante de lesiones y rehabilitación, llegó a un estado depresivo que afectó su confianza como persona, volviéndola tímida y reservada en situaciones sociales. A pesar de contemplar abandonar su carrera, amaba el juego y sabía que no podía dejarlo.

A pesar de sus años en la cancha, Gemelos reconoce que aún tiene mucho por aprender. Su combinación única de habilidades atléticas y conocimientos le ha permitido prolongar su carrera y seguir mejorando en todos los aspectos. La oportunidad de orientar y guiar a atletas más jóvenes, especialmente durante el proceso de curación, le brinda una gran satisfacción.

Por qué se Repite:

Existen varias causas posibles para este problema, incluyendo:

  • Regreso demasiado pronto a la actividad física: Si una persona regresa a su nivel normal de actividad física antes de estar completamente curada, es posible que la rodilla se vuelva inestable y que la lesión de ACL se repita como resultado.
  • Durante el proceso de recuperación de un ACL roto, es esencial someterse a una rehabilitación adecuada para recuperarse por completo. Existe la posibilidad de que, si no se sigue el proceso de rehabilitación como se indica, la rodilla no se cure por completo, aumentando el riesgo de reinfección.
  • Desequilibrio muscular alrededor de la rodilla puede poner una cantidad adicional de tensión en el ACL y aumentar el riesgo de reinfección si ciertos músculos alrededor de la rodilla son débiles o desequilibrados.
  • Aquellos que continúan participando en actividades que ejercen una gran presión sobre la rodilla, como deportes o actividades que implican movimientos de alto impacto, tienen un mayor riesgo de volver a lesionarse la rodilla debido al mayor riesgo de una posible recurrencia.

Es crucial seguir un programa adecuado de rehabilitación y trabajar con un proveedor de atención médica o un fisioterapeuta para garantizar una recuperación segura y completa de una lesión de ACL. Esto puede incluir ejercicios de fuerza y flexibilidad, así como educación sobre cómo calentar y enfriar adecuadamente antes y después de la actividad física. Siguiendo estas precauciones, es posible reducir el riesgo de reinfección y mantener la estabilidad a largo plazo de la rodilla.